miércoles, 15 de septiembre de 2010

La Tormenta...


Que lindas eran las tardes de tormentas en el barrio...las primeras gotas de lluvia repiqueteando en los techos de zinc; el aliento del viento estival azotando las ventanas; la vieja de la esquina gritándole a su comadre: ¡María, son nubes pasajeras! Contrariamente a lo que expresa Joaquin Sabina en unas de sus canciones: "...que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver"; creo que daría cualquier cosa por volver a esos días lluviosos de mi infancia...esos "picaditos" en el barro contra la bandita de la otra cuadra; ese olor a "torta frita" que salía de las casas; y, por qué no, las recriminaciones de mi madre cada vez que llegaba embarrado hasta la cabeza...
Hoy, los días nublados tienen un color diferente, de soledad, de melancolía. Y cuando una angustia sin fundamento me aprieta el corazón, salgo disparado hacía mi habitación y me detengo a pensar; entonces acuden a mi cabeza aquellos momentos de mi niñez...y , como por arte de magia, todo cobra vida nuevamente...

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